sábado, 5 de mayo de 2007

Mirarse

Mirarse

Necesitaba una palabra neutral, de esas que te impulsen hacia algún lado; esas que no se oyen todos los días.

Necesitaba un oído no usado, una voz jamás oída.

Necesitaba una brújula, un freno para bajar y apoyar los pies en la tierra, de una vez y para siempre.

Y, por fin, la encontré; sin buscarla la encontré en la boca menos pensada, en la persona desconocida.

Hoy no estoy con los pies en tierra firme, pero siento que de a poco estoy bajando o subiendo, eso aun no lo sé.

La voz que buscaba ya no la escucho, pero la recuerdo retumbando en mi memoria y la reproduzco mentalmente cada vez que la necesito, cada vez que empiezo a perderme de nuevo.

Mi encuentro con la tan ansiada palabra neutral se produjo en mí, y sólo en mí.

Por única vez me miré en el espejo y me vi. No me reconocí; entonces intenté ser neutral con esa persona reflejada: al fin y al cabo era una extraña, una perfecta desconocida... hasta ayer.

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